Un viejo pirata le cuenta a una taberna llena de lobos de mar salados sobre una isla repleta de tesoros escondidos. Una vez que han zarpado hacia la isla misteriosa, les dice que está custodiada por el terrible Pirate-Cruncher. Eventualmente, su codicia supera su miedo y, cuando llegan a la isla, una hilarante solapa plegable muestra que la isla en sí es el Pirate-Cruncher, ¡que rápidamente se traga a toda la tripulación heterogénea!
Jonny Duddle trabajó como artista conceptual en el juego de computadora Pirates of the Caribbean, que lo inspiró a crear The Pirate Cruncher para Templar.
